miércoles, 17 de octubre de 2012

Así son nuestras Empresas


Córdoba, y en especial Montería, son tierra atractiva para la inversión, y su desarrollo empresarial va a gran ritmo. Hoy, por sexto año consecutivo, EL MERIDIANO de Córdoba publica Así son Nuestras Empresas, un informe especial que recoge ese crecimiento evidente en sectores tradicionales como el comercio y la construcción, pero también en otros nuevos como el de la moda.

Con las transformaciones urbanísticas que ha tenido la ciudad y la amplia oferta comercial que se encuentra y está por llegar, Montería y el departamento evolucionan a ritmo acelerado. Para los expertos y empresarios consultados, el desarrollo sostenible que se está teniendo se debe en gran parte a la inversión que ha hecho el sector público y la empresa privada.

Tanto el mercado de la moda como el sector de la construcción, el comercial, el del transporte aéreo, y las universidades que preparan profesionales competentes, le han apostado a la región, invirtiendo en proyectos sociales y generando empleo, lo que se ve reflejado en una mejor calidad de vida para todos los cordobeses. 

Casi siempre se ha pensado que el talento es una virtud innata que cada ser humano tiene y que lo diferencia de otros. Hoy, las empresas lo consideran una aptitud altamente cotizada, debido a que es un valor referencial para generar altos índices de competitividad y productividad que la organización requiere para afrontar las turbulencias de la economía mundial.   

Sin embargo, cada vez son más las compañías que están denunciando la falta de talento, ya que de acuerdo al informe anual de la consultora multinacional Manpower Group titulado Encuesta sobre la Escasez de Talentos 2011, uno de cada tres empleadores de todo el mundo afirmó tener problemas para cubrir sus puestos de trabajo, debido a la escasez de talento disponible. Así también acusaron que la fuga de cerebros en las compañías ha ido en aumento.

Pero, ¿por qué se van los empleados talentosos? Según el académico, Francisco Leguizamón, para poder ahondar en este tipo de situaciones, es necesario distinguir dos tipos de empresas.

"En las más tradicionales, las personas trabajan como empleados sometidos a un reglamento interno y un horario de trabajo, y los cargos están muy bien definidos e individualizados. Acá se van, porque reciben ofertas para realizar la misma función por un mayor salario u otro tipo de beneficios. Mientras que en las otras organizaciones dejaron atrás los sistemas tradicionales de gestión de sus colaboradores. Los que trabajan aquí son considerados como un verdadero e invaluable capital, como personas talentosas", sostiene Laguizamón.

Y es en esta última clase de instituciones que el talento es reconocido y compensado apropiadamente, debido a que las personas disfrutan su trabajo. Solo cuando estas personas ven que su mejor desarrollo personal y la capitalización de su talento han dejado de ser aprovechado, abandonan la empresa.

Hoy las compañías cuentan con sofisticados sistemas de reclutamiento para captar el talento. No obstante, en más de una ocasión, los empleadores no reconocen ni potencian las competencias de sus trabajadores.

Para Leguizamón, uno de los principales errores que cometen los líderes empresariales al reclutar un profesional con talento es suponer que su principal o única motivación es la recompensa económica. "Si es que lo consigue por un jugoso salario, el siguiente error es suponer que un trabajo rutinario capitalizará plenamente el talento de un individuo. La retención no podrá ser lograda meramente con levantar el nivel de la recompensa económica", manifiesta. 

Tal es la importancia para encontrar y retener a aquellos profesionales talentosos que, desde las grandes potencias hasta los países en vías de desarrollo, se está reflexionando e introduciendo nuevas formas de compensar a las instituciones y empresas que fomentan la producción de jóvenes virtuosos.

El investigador y docente Julio Miranda Vidal, asegura que los casos exitosos de grandes y conocidas empresas de operación global, muestran que en la medida que se valora y premia el talento, siempre el valor creado supera al costo de las compensaciones totales, hecho que explica el explosivo crecimiento y expansión de empresas de gran reputación.

"De este modo accionistas y colaboradores logran sus objetivos, y el resultado es progreso para la sociedad. Porque promover, entrenar, capacitar y recompensar la creación de valor es la fórmula clave para sentar las bases de empresas más prósperas", señala Miranda Vidal.

Lo importante es conocer qué es lo que verdaderamente motiva a cada empleado, y cuáles son sus expectativas de crecimiento dentro de cada empresa, ya que muchas veces los empleadores pueden 'asumir' que lo que están haciendo u ofreciendo es lo que el empleado espera, y no necesariamente siempre es así. Un buen diálogo entre las partes es fundamental para una buena relación donde los objetivos comunes se plasmen y el talento del empleado pueda tener espacio para desarrollarse.  (Para mayor información, Lea el cuadernillo E de nuestra edición impresa).


Cordialmente,